miércoles, 19 de enero de 2011

JULIETA KAPUSTIANSKY comparte su testimonio comunitario


Compartiremos un relato especial, una experiencia comunitaria, una vivencia única. Se trata de una cruzada solidaria.
 “La experiencia comenzó un día como tantos otros….estaba en la Fundación con la cuál colaboro, la Fundación Corriente Cálida Humanística, su Fundadora, Cristina Sánchez, anunció que en julio 2010 se hacia la Cruzada Solidaria a Chaco y que necesitaban colaboración.  Me pregunté ¿Cómo puedo colaborar yo?”
Así comienza el relato que hoy vamos a compartir. JULIETA KAPUSTIANSKY nunca había hecho trabajo comunitario y a raíz de un taller de liderazgo que realizo comprendió el valor que tiene realmente.
Hoy, la visión de vida de Julieta ha cambiado totalmente.
Juli continúa:
“Pensé que se me haría difícil, no sabía por donde empezar, pero empecé, llame a mis conocidos, puse carteles y paso lo maravilloso! recibía respuestas, llamados, ayuda!!! dije si puedo!!y seguí para adelante juntando cosas, recibiendo donaciones que llevábamos todos los sábados a la casita donde se juntaban las donaciones. Allí entre mate y charla embalamos todo ¡Cuánto trabajo! pero que satisfacción!!!
Partimos de Buenos Aires el 26 de julio de madrugada, 2 camiones, 3 camionetas ,1 auto; cargados de mercadería y sobre todo amor, ganas de ayudar, de hacer diferencias.
Después de horas y horas de viaje, mate, risas, charlas, llegamos al impenetrable, allí estábamos! parecía increíble ver todo lo q habíamos logrado ¡!
No voy a detenerme en contar paso a paso lo q hicimos, sino lo que sentí.
El trabajo en equipo fue impecable, guiados por Cristina Sánchez.
Todo salió sobre rieles, cada uno cumplió su función sin quejas, sin no puedo, era maravilloso ver como cada uno sacaba lo mejor de si, sin importar el cansancio, el hambre o el calor, todos teníamos el mismo objetivo…que todo salga perfecto! y así ocurrió.
Repartimos comida, ropa, herramientas, semillas a los lugareños que nos miraban extrañados, no parábamos un minuto de trabajar, siempre cantando, haciendo chistes, para que las horas de espera fueran más amenas.
Después de una semana de arduo trabajo en este viaje, la misión estaba cumplida.
Cuando pude ir digiriendo todo lo que viví, lo que vi, me di cuenta que si, que habíamos ayudado, que hicimos la diferencia, porque demostramos que se puede, que hay gente que da, sin esperar a cambio, que no fuimos por un voto, por una propaganda, fuimos por el simple echo de dar, de ayudar y ellos lo vieron, lo sintieron, lo vivieron.  
Así que cuando se acaben las provisiones, ellos tendrán aun nuestro amor”